jueves, 23 de abril de 2015

Horarios que no dejan tiempo para leer poesía.

Tedio insoportable
murmullo continuo
y desesperante
Tic Tac
Tic Tac
pero el tiempo no pasa.

Me pregunto por qué no podría
seguir siendo la misma que anoche.
La noche
momento mágico de poetas
que olvidan sus facetas diurnas
las clases de sillas verdes
los apuntes
el tedio insoportable
el murmullo continuo
y desesperante…
y se lanzan a la noche.
Noche,
anhelo continuo de ti,
magia alejada de las aulas;
cárceles de espíritu
que drenan mi alma.

Allí, donde el ruido del profesor
mata a la creación
y aun así intentas sumergirte en el mundo de las letras,
lanzándote de cabeza a la poesía
mientras la presión de las palabras te tapona los oídos
y piensas que ojalá la selección natural haga lo suyo
y a los futuros poetas les salgan branquias
para poder así nadar hondo
lejos de la superficie de tedio insoportable,
de murmullo continuo
y desesperante
del que consigues apartarte
hasta que tu nombre en su boca
te devuelve al mundo
y te lanza contra la realidad de alergia a la tiza
hojas cuadriculadas
y horarios que no dejan tiempo para leer poesía.

Profesor que pronuncias mi nombre
y me obligas a escucharte
aún sabiendo que mis sueños
y la magia
están lejos de tu palabra;
sé que nunca leíste El Principito.
porque si lo hubieras hecho,
sabrías que tu niño interior está ahogándosete dentro
y se avergonzaría de verte contando estrellas
para así seguir comprando más,
mientras adiestras a otros
que aún no quieren ser mayores
para continuar con tu oficio.

Quizás a ese niño interior le gustase la poesía.

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