sábado, 16 de mayo de 2015

A trozos.

Supongo que no tengo derecho
a criticar a aquellos que creen en Dios,
pues yo afirmo la existencia
del amor todopoderoso
y nunca nos hemos visto frente a frente.

Ni espalda a espalda,
codo a codo
o mano a mano,
ni desnudos en la cama.

Solo a trozos;
en las medias sonrisas de este
y en los brazos de aquel,
en los mensajes nocturnos
que nunca llevan a nada,
en las caricias con lascivia
sobre el elástico de las bragas
y en follar borrachas
con la excusa de la poesía
desapareciendo de su cama al día siguiente.

Y es que aún,
no-amor,
existen en el mundo
menos amantes
que creyentes.

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