domingo, 29 de junio de 2014

Pueblo.

Edificios
que amuralláis ciudades
encerrando vidas,
sueños
y pensamientos.

Farolas,
estiradas envidiosas
de las estrellas.
Podréis ocultar su brillo,
pero nunca alcanzar su belleza.

Coches ruidosos,
músicos frustrados;
jamás vuestros cláxones
serán sinfonía.

Ciudad,
que te las das de superior
con tus aires de grandeza,
a otros muchos habrás conquistado,
pero yo me quedo con este lugar lleno de encanto
que nada tiene que envidiarte.
Donde no te despiertan los atascos camino al trabajo
sino el canto de los pájaros,
los niños jugando en la calle
o tu abuela llamándote para desayunar.

Disfruta de tu vida ajetreada,
ciudad,
que yo me quedo con mi pueblo.

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