sábado, 18 de octubre de 2014

Qué bonita es la vida de soltera.

Llevar a bailar a todas esas mujeres
que no salen si no es con su marido
y ya ni recuerdan apenas
cómo era eso de sentirse libre
si no es llorando a solas.

Usar cazuelas, cazos y cacerolas
solo para hacer ruido;
formar una orquesta
y bailar a ritmo de samba
por las calles de la ciudad.

Beber,
reír
y fumar
sin motivo
ni control,
pero con ganas.

Acabar borrachas en la playa,
encender con delantales una hoguera
y gritar a golpe de revolución
“qué bonita es la vida de soltera”.

Ilustración de Beatriz Rodríguez.

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