A sabiendas de que a mi alrededor solo había tedio,
viniste en mi busca disfrazado de milagro.
Tenías entre manos un guion perfecto
en el que contabas no sé qué mierda sobre pactos con el
diablo
y el adiós a tu anterior vida
solo para hacerme feliz.
Y yo, ni ilusa ni confiada,
osé creerte y salté al vacío
sintiéndome ángel caído entre tus redes,
el mejor de los infiernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario